Instrumentos

Poder de convicción sonoro y visual: La madera y el barniz

Al construir mis instrumentos no solo le doy importancia al sonido, también a la apariencia. El desarrollo de una receta de barniz propia es el resultado de las investigaciones que he realizado a lo largo de los años en el campo de la acústica y la «alquimia». En el laboratorio de barniz y acústica de mi taller artesano en los últimos años he podido analizar, en numerosos instrumentos de los grandes maestros italianos, sus propiedades de atenuación y compararlas con la génesis acústica de mi propio barniz.

Craquelé in varnish by Venetian master Domenico Montagnana (1740)

Entre los instrumentos más delicados cuyas propiedades acústicas he podido estudiar en profundidad había instrumentos de Antonio Stradivari, Andreas y Pietro Guarneri, Joseph Guarneri del Gesu, J.B. Guadagnini, Domenico Montagnana, Carlo Bergonzi, Franceso y Matteo Gofriller, G.A.  Rocca, David Tecchler, Nicolas Lupot  y  Nicolo Amati. El resultado de esta investigación no es la afirmación difusa de haber redescubierto «la receta original de Stradivari», sino el convencimiento de haber desarrollado un barniz con unas cualidades acústicas equiparables a las de los maestros cremonenses o venecianos.

Después de haber cocido cientos de recetas de barnices (desde el s. XII hasta la actualidad) y de haber analizado sus propiedades acústicas, es natural que las imprimaciones, los pigmentos y los barnices al aceite se elaboren en mi taller. La coloración, profunda y brillante, del barniz procede de los pigmentos de la raíz de rubia, que combinada con diferentes sales desarrolla una gama amplia de diferentes matices de color. El dibujo del barniz de mis instrumentos, a semejanza de la escuela de pintura flamenca, juega con contrastes en radios de acción ópticamente frenados y reforzados. Para ello trabajo con otros pigmentos complementarios.

Los efectos de luz y sombra de esta tradición se obtienen mediante un proceso de maduración complementario. Una superficie homogénea resultaría aburrida y una ofensa para la vista. Enseguida se la «cala». Al contrario que el juego óptico lleno de contrastes que desafía a la vista a comprender el efecto de profundidad, las refracciones de la luz y los matices del color.

La cuestión de la madera para instrumentos (madera sonora) es centro de muchas leyendas. Además de madera talada por mí mismo, también utilizo alguna de las 80 piezas de madera para instrumentos que se talaron en el año 1884 en Davos. Esta madera, muy ligera, con sonido claro y acampanado, proviene del legado de una famosa familia suiza de constructores de violines. Mis investigaciones confirman en gran parte el conocimiento empírico adquirido por los maestros luthiers a lo largo de los siglos. Pero solo cuando el conocimiento transmitido se reaviva con las propias experiencias y se continúa perfeccionando surge algo especial y auténtico.

La cuestión de la madera para instrumentos (madera sonora) es centro de muchas leyendas. Además de madera talada por mí mismo, también utilizo alguna de las 80 piezas de madera para instrumentos que se talaron en el año 1884 en Davos. Esta madera, muy ligera, con sonido claro y acampanado, proviene del legado de una famosa familia suiza de constructores de violines.

Mis investigaciones confirman en gran parte el conocimiento empírico adquirido por los maestros luthiers a lo largo de los siglos. Pero solo cuando el conocimiento transmitido se reaviva con las propias experiencias y se continúa perfeccionando surge algo especial y auténtico.